viernes, 8 de febrero de 2013

¿una docena de sofás?

¿Hace falta tener una docena de sofás en una tienda de muebles? Puede que no, pero desde luego pone mucho más fácil hacer la mejor elección...






Empezando por los asientos, difícilmente podrás saber si te convienen más unos de espuma de 25 o 32 kilos u otros de muelles ensacados si no puedes sentarte en unos después de los otros para poder comparar. ¿Cómo conocer la verdadera utilidad de unos asientos deslizantes sin poder probarlos o cómo ibas a saber si te resulta más cómodo un respaldo fijo o uno reclinable sin acomodar la cabeza en ambos?. ¿No resulta menos fría la chenilla que la polipiel en los asientos?
 
Detalles como el tipo de brazo: los más modernos, altos, rectangulares y acolchados, o los más clásicos con sus prácticas formas en cuña, perfectos para una buena siesta; como los respaldos ensacados, más fáciles de sacar el interior para limpiar, o los que van partidos en dos, con una bolsa independiente para la riñonera; como los tipos de patas, de madera o de aluminio; de fondo reducido para los cuartos de estar o amplios y confortables para los salones.
 
Los sillones de relax, con sus mecanismos más o menos horizontales, de poder probarlos en la tienda a verlos en una bonita foto hay una gran diferencia: la que hay entre acertar o equivocarse.
Por no hablar de los sofás con chaisse longue (las españolizadas "cheslons"), con todas sus variedades posibles: con mecanismos o sin ellos, con canapé abatible o sin él con pufs o brazos rectos, con chaisses de 160 cms o de 200 cms de brazo alto o bajo...


Así que a la pregunta de una señora, abrumada por la cantidad de sofás que le dimos a probar, nuestra respuesta estaba clara: "¿solamente una docena?"

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